Momento en que ya no se puede volver atrás. En el que las cosas ya están hechas. En el que hasta ahora aceptas un no por respuesta. En el que ya no te quedan ni ganas, ni ilusión.
Ha pasado mucho tiempo. Momentos de gritos y de odio. Momentos de sonrisas y cariño.
Parece que tan solo unos minutos son capaces de cambiarlo todo. Hasta la última gota del bote de cristal... quizás haya cambiado mi forma de pensar también.
Tampoco es bueno que veas solo lo malo de una persona durante mucho tiempo.
Y si desapareces... qué. ¿Qué me queda ahora? Las risas, la ilusión de verte, los abrazos, las miradas... y una interminable lista de pensamientos.
Llamarte "hermano" es decir mucho. Pero te lo has ganado.
Y los buenos momentos, esos nunca se olvidan. Son recuerdos que construyen tu mente, y que permancerán siempre ahí.
Gracias por todo cabezón.
Te quiero mucho, hermano.
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